miércoles, 27 de junio de 2012

Estrambótico.

Sus ojos salpicaban gotas de dolor que quemaba si te caían encima.
Nunca imagine encontrar algo así dentro de mi propio corazón lleno de orgullo y armas. Era sin igual, algo que quemaba mis pensamientos y a mi neuronas dejaba sin aliento. Su color tan llamativo y su forma de moverse por todas partes hacia que todo se iluminara de una forma estrambótica.
Lo agarre con mis pezuñas mentales, lo saboreé y deje mis ojos clavados en su color antes de escapara.
¿Como podía ocurrir esto?¿Como podía yo ahora describir esta sensación de forma tan estructurada?¿Pensada?¿Organizada?¿Moldeada?
Que más dará de que forma lo este explicando porque básicamente lo encontré. Encontré el pigmento que faltaba en mi paleta mental.
Te encontré.

miércoles, 11 de abril de 2012

Explicaciones de un compañero expulsado.

Una vez más mi dolor de cabeza era totalmente insoportable, por lo cual volví a actuar de la misma forma que las primeras veces, salir corriendo sin mirar adonde podían llegar mis piernas de porcelana.
Lo ultimo que escuche a lo lejos, fueron los gritos de mis acompañantes preguntándome que hacia, donde me dirigía con tanta prisa, que ocurría... No pude contestar pues ni yo mismo lo sabia, solo lo sabían mis piernas de porcelana.
Se pararon en seco, como si de frenos gozaran ellas. Mire a mi alrededor, lentamente girando la cabeza, pude visualizar que estaba en un lugar realmente fascinante, pues no se veía nada.
¿Qué sentía? ¿Miedo, morbo o básicamente nada? Nada. No sentía nada, era todo tan extraño y a la vez tan confortable que seguí unos minutos en seco notando la humedad que empezaba a arropar mi cuerpo, mi cuerpo sudoroso y tenso. De pronto note como un calor volcánico subía desde mis piernas hasta llegar al dolor de mi cabeza. Mi cabeza empezó a volverse aun más dolorosa, por lo cual el dolor empezó a gustarme cada vez más...
Comencé a dar pasos, con un esfuerzo tremendo, el calor empezaba a hacer mi cuerpo pesado y torpe. Los iba contado uno a uno, en total fueron veintiséis pasos, pesados, eternos pero los cuales lograron llevarme más lejos y pude ver una luz. Una luz blanca pero, daba la sensación de ser extremadamente minúscula y extraña.
De pronto note como yo me empezaba a iluminar por un fuego que salía de todas partes, recorría todo mi cuerpo pero, no llegaba a hacerme quemaduras, eso era realmente fantástico, mágico, sublime.
¿Quien era realmente yo?¿ Quien era?¿Era tal y como muchos me señalaban vilmente por las espaldas? Solo era un persona defensora de mis derechos, de no aceptar cosas tan estúpidas como el de perdonar todo dolor causado por los demás.
Seguía andando, pensando y de pronto aquella luz blanca la vi debajo de mis piernas. El suelo comenzó a desaparecer, yo a caer en picado y la luz a volverse en un tono realmente sobrio.
Ahora lo entendía todo, ahora entendía el porque de miles de cosas lo que nunca entendí el porque se encierran a las personas defensoras de si mismas y no de los demás.
¿Que era todo aquello?¿Amor o odio? Solo me respondí que el odio también es amor.

martes, 20 de marzo de 2012

No temor, no muerte.

No merezco ningún halago, no merezco ni pan para saciar esta hambre de silencio.
No merezco ninguna pregunta, no merezco ninguna respuesta, no merezco ninguna replica por su parte.
La voz dormida empieza a querer despegar, los pies parados a querer pisar el carbón haumado de la realidad y la mente filosófica a querer pensar de que otra manera puede filosofar.
Desde aquí voy anunciando mi muerte con la compañía de Satán y Belcebú por presente.
No merezco ser resistencia pura contra mi ser, no merezco ser lo bueno dentro de lo malo.
No merezco dibujar balas de donde no las hay, no merezco imaginar fuerza de donde no la tengo.
Soy la lengua del dragón bendecida por el mal que solamente sirve para envenenar y engañar.
Soy lo mejor desde una punta a otra.
No merezco esta acumulación de peso, no merezco este desafío tan inmenso.
No merezco una vela por un rezo, no merezco ni mil llamas esperandome en mi cama.
Soy el dios de mi propio pensamiento y aturdimiento.
Soy quien manda en esta jaula de perros muertos.
Soy quien juzga que quiero y tengo.
Soy peor que el fuego y el hielo
juntos.
Soy la sangre oscura que se mezcla junto a la tuya.
Soy la locura, la no locura.
Ya empece mi muerte.
Soy quien buscas.
Soy quien te cura.
Soy tu peor secreto.
Soy la muerte pura.
Soy quien te nombra en el rezo.
Soy quien te espera con el cuerpo tenso.

martes, 6 de marzo de 2012

Sustancia pulverizada (CnH2n + 10H)


Te quiero tan delicadamente
como cuando la porcelana cae al suelo
y se hace mil pedazos.
Tú y solamente tú
puedes darme esa sensación de agrado hiperventilado.
Nunca me importa de que color te presentes.
Nunca me importa quien me vea contigo.
Te siento tan sutilmente
que cuando entras en mi boca
y mis papilas gustativas te notan
toda mi lengua se estremece
y mi cabeza se retuerce...
Tú y solamente tú
puedes hacer que todo sepa agrio.
Nunca me importa que beses todos mis glóbulos con desencanto.
Nunca me importa que después me de cuenta de que todo es un engaño.



lunes, 23 de enero de 2012

Traducción propia.


Mira, mira, mira, sigilosa, sigilosa, sigilosa suspira entre sus mantas llenas de historias invertidas de las cuales la mitad son creídas.
El surrealismo no es ninguna cosa tan sumamente fácil como para decir cualquier estupidez por muy extravagante que parezca, el surrealismo para ella es la esencia de darle el significado adecuado a cada cosa que persiste en su mente.
Su lengua es un látigo rebelde que saca las palabras que encierra su pequeña biblioteca, la cual esta dividida en dos.
Una parte es su mente (quizás la parte más divertida y aburrida a partes iguales) tozuda, rodeada por estatuas de dioses griegos y la segunda parte es de su crudo corazón (sin duda alguna es la parte más divertida, pues es totalmente oscura. Al final se puede visualizar una pequeña luz que muy pocos llegan a probar. Destellos que se vuelven tan tentadores una vez que son vistos) adornado sutilmente con una armadura brillante inspirada en el estilo rococó.
Esto es solo un trozo de lo que creo que termina teniendo más valor en mi su ser.
Las armaduras y la oscuridad se consiguen con el tiempo mal tragado pero en cambio siempre quedara algo de luz.
¡Viva el arte!

jueves, 12 de enero de 2012

Invirtiendo el sentido.


Cogió con una especial ligereza su abrigo y tomo rápidamente aquellos libros tan añejos que había leído hasta el final de sus páginas, algo que no solía hacer nunca.
Salió por la puerta como alma que lleva el diablo sin mirar atrás, sin despedirse, sin tacto alguno, sin coger todas sus cosas que aun quedaban en ese lugar que mirado desde sus ojos era lo peor, lo inmenso, lo muerto. En la esquina, dio media vuelta parando sus pies en seco, mirando hacia aquel lugar y con un suave tono dijo:
- En la locura habré caído, pero no gozar más quiero de la muerte en mi presencia si ella lo que hace es reírse de mi ser y no matarme.
Se volvió y siguió en aquella dirección la cual parecía pensada pues su paso era rápido, fuerte y las luces se ponían a su favor.
No podía mas con sus pies y notaba un dolor espantoso que subía por su estomago hasta hacer un nudo agonizante en su garganta. Pero siguió su camino, notando esa sensación tan extraña que poblaba su cuerpo sin que el calor del abrigo pudiera impedirlo, hasta que noto las vibraciones musicales de un violín correr por su oreja hasta hacerle ver a lo lejos un restaurante en el cual estaban tocando algo tan sutil, tan divino, tan sublime que parecía ser algo del mismísimo Paganini.
Entro, no era un restaurante normal para nada. Los músicos eran recorridos por un aura que los volvía tan bellos como las composiciones que estaban tocando y los instrumentos expulsaban una música tan divina que te hacían sentir cada nota. Tomo asiento dejando sus libros en aquella mesa alejada del público, pues no podía permitirse sentarse mas cerca, ya que no llevaba nada de dinero encima, para poder tomar un buen whisky algo que también le vendría haciendo falta para poder soportar ese nudo que ni la música logro desatar un poco. La música, aquel lugar, aquella mesa tan bien tallada, esa amargura que recorría su cuerpo la que obligo a que sus labios involuntariamente llamaran al camarero y pidieran un whisky del mejor que tuviera la casa. Una vez traído el whisky lo tomo sin despiste alguno, lo más rápidamente que pudo y termino levantandose, saliendo por la puerta como el mismísimo viento.
Pudo andar más, pero no más deprisa.
Termino por dejar caer su cuerpo encima de una piedra gigante, fría y llena de musgo. Se puso bocarriba mirando a la luna con una gula en sus ojos que parecía que la iba a devorar si ella se despistaba en algún momento. Dejo caer los libros sobre la hierba húmeda, rebusco entre los bolsillos de su abrigo y saco un revolver tan enigmático que daban ganas de dispararlo, pues no daba esa sensación de ser un arma normal, era demasiado atractiva. Una vez revolver en mano lo introdujo en su boca, suspiro, miro a la luna como nunca antes imagino que podía mirar, de esa forma tan mitológica. De pronto para cual loco, la luna se acerco tanto que con una doble voz dijo:
- No puedes hacerlo, nadie nunca me ha mirado de tal forma, nadie nunca ha deseado verme antes de morir encima de este valle frío y sediento de sol.
Tirando el revolver a un lado, parpadeando varias veces, respondió:
- No puede ser que tu hables, no puede ser que pase esto, no puede ser.
La luna empezó a perder su luz y le respondió con esa doble voz:
- La locura te ha dominado, la locura crece por tu cuerpo, se anuda a tu garganta, la locura te esta haciendo ser lo que quieres, la locura te deja coger pluma y papel.
Volvió a parpadear y dijo:
- Gracias luna de mi locura por enseñarme que aun gozo de cordura alguna.
Se reincorporo y la luna se alejo rápidamente volviendo a lo lejos
recuperando su luz cegadora.
Pudo suspirar, notar aun ese nudo pero, no pudo dejar de mirar a la luna y volver a suspirar diciendo:
- Locura, no locura... La mía empieza aquí.
Nadie sabe que sería "la mía" si su vida o su locura.

miércoles, 11 de enero de 2012

Sintiendo de una forma paralizante.


Bajo las escaleras con el silencio de un felino y en el ultimo escalón se quedaron sus pies clavados. Miro al salón y pudo escuchar que ella estaba despierta gracias a uno de sus suspiros. Volvió a moverse igual que antes, sin ruido alguno y cuando estaba en la puerta su cuerpo quedo paralizado, sus ojos abiertos al máximo, su mirada dirigida a ella y sus labios apretados impedían el saludo de buenos días.
Ella, su presencia, su esencia tan especial, su forma de envolverlo todo en un estado diferente, así era ella en aquel salón aquella mañana.
Pudo mover sus labios y musitar la palabra "vida..." con muy poca motivación pero con bastante sinceridad como para que ella se diera cuenta y volvió a moverse buscando su taza de leche.
Una vez taza, en mano se puso a mirar por la ventana, mientras ella rondaba por su alrededor rozandole todas las partes de su cuerpo lo cual influía en su pose pues volvía a paralizarse. Sus ojos parecían a ver olvidado el pedir un parpadeo, su boca entreabierta dejaba que fuera tomando la leche lentamente, saboreandola como si por ultima vez la fuera a tomar.
De pronto todo cambio pues su paralización se fue en un segundo y su mente quedo en blanco durante unos minutos, hasta que vio el fallo. Ella se esfumo del salón y sin su presencia nada volvía a ser tan perfecto como hacia unos minutos.
Dejo la taza encima de la mesa de cristal y volvió al tocadiscos colocando de nuevo la aguja. El vinilo era el causante de la presencia de ella, porque sin ella nada es nada, ni un simple desayuno, ni una simple mañana.